Dadas las características de nuestro sistema y las funciones que desempeñan, este grupo de trabajadores de la educación es muy heterogéneo, ya que abarca desde funcionarios que realizan servicios auxiliares hasta profesionales, cumpliendo un rol esencial que va más allá de las tareas diarias: apoyan el desarrollo cognitivo, emocional y espiritual de los estudiantes, y se convierten en pilares de la convivencia escolar. Ya sea en funciones técnicas, administrativas o de cuidado, las y los asistentes fortalecen la labor docente y contribuyen a que las escuelas funcionen como verdaderos espacios de aprendizaje y contención.